No soy capaz de recordar un mes de septiembre con tan malos augurios como los que nos trae este que empieza ahora. El año 2012, maldito para muchas culturas, tal vez no se confirme como el del fin del mundo, pero si va a ser, sin duda, el año en el que se ponga fin a muchas cosas.

Llegará el fin del Estado del bienestar, que está siendo finiquitado por el Gobierno del PP a base de recortes. Y posiblemente veamos también el fin del mismo estado social de derecho si no ponemos coto al imperio, cada vez más omnipresente, del poder financiero, tanto en nuestros países, como en nuestras vidas.

Hay cuestiones que no serán ya nunca más lo que han sido. Pero ya que estamos embarcados en cambios, nos conviene recordar que no siempre hay que defender la conservación de todo. Que esa actitud conservadora a todo trance, no nos es propia y que siempre estaremos dispuestos a permitir, e incluso auspiciar, que la marea, cuando viene crecida, se lleve algunas cosas que entendemos que no son buenas para nuestro Pueblo.

Hemos empezado a defender lo conseguido hasta ahora, antes de llegar siquiera a acercarnos al ideal de Justicia social que propone Falange Auténtica. Es inevitable.

No olvidemos que a ese modelo de convivencia social que proponemos, en el que mediante el sindicalismo se conjugue plenamente la participación de las personas en el estado y en las decisiones económicas de la nación, no habíamos empezado aún a aproximarnos en estos últimos años de bonanza económica que no eran más que un espejismo y la antesala de esta quiebra actual.

Ahora parece que debemos utilizar nuestras escasas fuerzas, no en luchar a tiempo completo por ese objetivo revolucionario, sino simplemente para salvar las migajas que el Capitalismo había dejado a la clase media trabajadora después del festín de estos últimos años. Debemos decir que no es ese nuestro deseo, ni nuestra vocación ni nuestra realidad.

Vivimos tristes circunstancias. Pero no por que éstas sena aciagas podemos volver la espalda a la realidad, y por eso, en unión con otros y con el deseo de encontrarnos aún con muchos más por el camino, participamos desde hace unos meses en la iniciativa Defensa Social. Nos llena de orgullo haber salido a la calle para encontrarnos con nuestros hermanos en una lucha justa y en una denuncia permanente, para que nadie olvide que en esta crisis, hay responsables, así como hay víctimas inocentes y que no debe pasar un día sin que denunciemos a los que nos lo roban todo, incluso lo más valioso que tenemos, el futuro de nuestros hijos.

Pero no queremos con nuestra participación orgullosa en Defensa Social, renunciar a nuestra posición permanente de avanzadilla en la lucha por un mañana mejor. No queremos que se piense que nos conformamos con el pacato reparto de espejos y cuentas de vidrio del liberalismo, que en tanto consumidores que hemos sido y que seguirá queriendo que seamos, nos ha intentado cuidar lo suficiente como para que siguiéramos consumiendo y enriqueciendo a los oligarcas. Volverá el día en que recuperada la normalidad, el sistema empezara un nuevo periodo de expansión y en ese momento nosotros seguiremos en la trinchera de la alternativa, en permanente protesta contra la enfermedad mental que convierte a los trabajadores en mera mercancía de poderosos banqueros y poderosos políticos.

No vivimos otra cosa que la consecuencia del capitalismo financiero y el fracaso total del sistema de poder basado en los partidos políticos antidemocráticos y títeres de los bancos que los financian. Lo sabemos y lo asumimos y al tiempo que nos aprestamos a evitar que nos desahucien a todos, nos crecemos para decir que los desahucios deberían estar prohibidos por la ley, que el derecho a la vivienda debe ser algo más que una frase bonita escrita en el papel mojado de nuestra Constitución, para convertirse en una realidad exigible a nuestros gobernantes.

Septiembre negro es el que viene y al negro le vamos nosotros a añadir el color rojo que completa los colores de la revolución y estamos convencidos de que serán muchos los que además de defenderse, querrán dar algunos pasos más hacia la revolución que nos traiga justicia y democracia, además de un verdadero proyecto patriótico que evite que volvamos a caer en manos de los especuladores de siempre.

La crisis la venceremos con acciones y el primer paso para llevar a cabo una acción es hacer una propuesta. Y en eso estamos en Falange Auténtica. Nuestra primera propuesta es que la actitud defensiva no sea disculpa para no seguir deseando algo mejor, para seguir luchando no solo para evitar recular, sino también para avanzar. Y en breve se irán desgranando propuestas concretas contra la crisis y contra su origen, en cuya defesa y difusión seguro que no estaremos tampoco solos.

Siempre se ha dicho que la mejor defensa es un buen ataque. Pues eso estamos contra la injusticia siempre. Contra el poder del capitalismo financiero. Y por un futuro en el que los trabajadores sean propietarios de su trabajo y de su futuro y lo colectivo sea más importante para los gobernantes que la ambición individual, que es la que ha traído esta quiebra esa sí, global, colectiva, generalizada, de todos los que, por cierto, no tienen culpa de esta crisis.

 

Somos Muchos


Enrique Antigüedad

Secretario General de Falange Auténtica