Por Roger

Éstas fueron las últimas palabras de Leonella antes de morir. Murió ametrallada por un grupo de hombres armados en el Hospital Maternal de la fundación Aldeas SOS en la capital somalí, Mogadiscio. Los atacantes entraron en el hospital, buscaron a Leonella, la asesinaron y huyeron.

¿Quién era Leonella Sgorbati? Una religiosa de las Misioneras de la Consolación, de 65 años.

¿Su crimen? Llevar una Cruz al pecho, y haber quemado su juventud ayudando a nacer a miles de niños somalíes.

 

¿El desencadenante de su muerte? Que un líder espiritual no islámico, a miles de kilómetros de distancia, había tenido la osadía de mencionar públicamente que Dios no puede ser impuesto en el corazón del hombre abriéndose camino con una espada.

 

¿Es alguien capaz de encontrar raciocinio en ese asesinato? Es más, ¿es alguien capaz de encontrar raciocinio en devolver mal por bien? ¿Es alguien capaz de encontrar a Dios en la razón? Sin embargo nadie es capaz de entender a Dios fuera de la razón, pues no es asumible la creencia en un ser divino que vaya en contra de la razón natural: "no hagas a nadie lo que no desees para ti, no mates, no robes, ama a Dios sobre todas las cosas porque todas las cosas son Dios, porque Dios vive en ti….

 

"Juan comenzó el prólogo de su Evangelio con las palabras: "En el principio era el logos". Es justamente esa palabra la que usa el emperador: Dios actúa con logos. Logos significa a la vez razón y palabra, una razón que es creadora y capaz de comunicarse pero, justamente, como razón. Con esto Juan nos ha entregado la palabra conclusiva sobre el concepto bíblico de Dios, la palabra en la que todas las vías a menudo fatigosas y tortuosas de la fe bíblica alcanzan su meta, encuentran su síntesis. En el principio era el logos, y el logos es Dios, nos dice el evangelista […] No actuar "con el logos" es contrario a la naturaleza de Dios.

 

La Yihad, como imposición de la religión por la vía de la espada, la educación de los niños en el odio, la lapidación, la ablación, la muerte de Leonella, escapan a nuestra capacidad de raciocinio, escapan al logos, escapan a la ley natural, escapan a la esencia del alma humana, y escapan a Dios.

 

Un gran líder espiritual tuvo la valentía de decirlo y, según la teoría del caos, las alas de la mariposa se movieron y Leonella murió.

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