Las últimas informaciones acerca de la no recogida de las cosechas de naranjas en la Comunidad Valenciana por decisión de los trabajadores del campo, ponen de manifiesto un problema que afecta a los agricultores y ganaderos de toda España. Y es que las importaciones masivas, muchas veces a precios por debajo de su coste real de producción, de alimentos procedentes de países ajenos a la Unión Europea, están dejando a muchos productos agrícolas y ganaderos españoles sin las cuotas de mercado necesarias para poder sobrevivir.

La leche gallega, asturiana y cántabra, los cítricos valencianos y murcianos, el plátano de Canarias y un catálogo que, desgraciadamente, cada vez se va ampliando, está poniendo contra las cuerdas a nuestro Sector primario, tan necesario para mantener el equilibrio económico, poblacional y ecológico de las comarcas rurales de España, a la vez que para mantener en ellos el acervo tradicional y etnográfico de nuestra Nación.

Los agricultores y ganaderos son el eslabón más débil de la cadena productiva alimentaria y están a expensas de los abusos de los demás operadores comerciales, desde la distribución a la venta al detalle, que no reflejan en los precios que paga el consumidor final, las ínfimas rentas que perciben los productores por los frutos de su trabajo.

En FALANGE AUTÉNTICA tenemos muy claro que las políticas efectivas en defensa de nuestro sector productivo alimentario han de ser una prioridad nacional y por ello proponemos que, tanto el Gobierno de España como las comunidades autónomas, han de arbitrar, escuchando a los sectores afectados, medidas que garanticen la supervivencia de los mismos, a los que consideramos estratégicos.

Proponemos que se incentive el cooperativismo para que los agricultores se agrupen tanto para producir como para comercializar, reduciendo así los eslabones de la cadena comercial hasta llegar al consumidor. De la misma manera, la administración debe exigir transparencia a los operadores comerciales acerca de la información sobre el origen de los productos, para que el consumidor lo sepa y elija.

El “Hecho en España” se ha de poner en valor como rasgo identificativo de la calidad de nuestros alimentos, para generar en los consumidores la confianza en el buen hacer de nuestros agricultores, ganaderos y pescadores, así como el orgullo por los productos nacionales.

Es necesario que el Gobierno desarrolle una política firme, clara y definida en pos de la España verde, implementando un plan hidrológico, con las infraestructuras necesarias para que el agua que sobra en la parte húmeda de nuestro País no se pierda y se lleve a las zonas agrícolas más necesitadas, ayudando así a la vertebración nacional. Igualmente se han de establecer ayudas al transporte y a la producción integrada para facilitar el acceso a los mercados, garantizar la seguridad alimentaria y favorecer la modernización de las explotaciones para ganar en competitividad.

El potencial agrario español es enorme. Por cantidad, calidad, tradición y el buen hacer de quienes en él trabajan. Conseguir que sus productos sean un complemento indispensable para el Sector turístico, con 85 millones de visitas anuales a nuestro País, nos daría una posición de fortaleza inimaginable.

Pero al mismo tiempo, los dirigentes políticos españoles no pueden dejar indefensos a nuestros agricultores en las instituciones de la Unión Europea. La invasión de los mercados continentales por la competencia desleal de terceros países, con el resultado de la pérdida de cuotas para los productos españoles, se debe a la presión de algunos estados comunitarios que han actuado por interés propio y de sus empresas importadoras. Ahí es donde se debe mostrar el trabajo de quienes nos gobiernan y ahí es donde deberíamos estar todos para exigírselo.

 

Junta Política Nacional de Falange Auténtica