La enésima metedura de pata del Gobierno consiste en sacarse de la manga un homenaje a la bandera nacional un miércoles de cada mes en Madrid, la capital del Reino. ¿Piensa el Gobierno que va a fomentar el patriotismo, "constitucional" eso sí, con homenajes institucionales a la bandera? Por ese camino lo único que va a conseguir es polémica y enfrentamiento como siempre y con los de siempre.

Eso no es patriotismo, eso es nacionalismo, así, sin adjetivos, pues el nacionalismo es igual allende que aquende el Ebro. Igual de empobrecedor y perjudicial es el nacionalismo vasco que el catalán o el español. Es nacionalismo al fin y al cabo, y el nacionalismo es el egoísmo de los pueblos, de cualquier pueblo. Así que no es que el Gobierno se nos haya vuelto patriota de la noche a la mañana, sino que le ha salido un venazo patriotero y nacionalista de aupa, cosa normal en un partido de derechas como el PP por mucho que lo quieran disimular. Ahora, lo que tampoco es de recibo es la reacción de los acomplejados de siempre, esos a los que les sale urticaria en cuanto oyen la palabra España o ven una bandera rojigualda, esos no tienen remedio.

El patriotismo no consiste en homenajear a la bandera nacional un miércoles al mes, o todas las mañanas en las escuelas como hacen en Estados Unidos. El patriotismo es mucho más que eso, y además, para fomentar el patriotismo primero ha de haber Patria, con mayúsculas, y no cualquier patria. Hoy en día el único patriotismo posible y el que pretende fomentar el Gobierno es el de una España débil y dividida en taifas, una España materialista y sin valores, una España sin libertad en alguna de sus tierras, una España mediatizada y aborregada, una España sin soberanía y sin dignidad cuyo Gobierno es un lacayo al servicio de intereses que no son los nuestros. A ese patriotismo no nos apuntamos los falangistas, que no cuenten con nosotros para ningún homenaje, y mucho menos institucional e impuesto.

Señores del Gobierno, hagan de España una Patria Justa, Libre, Digna y Soberana, una Patria donde imperen otro tipo de valores al margen de materialismo, una Patria donde haya Democracia de verdad y no sobre el papel, una Patria sin el yugo del capitalismo mundialista, una Patria integradora donde la persona sea el eje principal, una Patria Grande cimentada en la variedad y peculiaridad de sus tierras, una Patria dónde sus miembros sean parte imprescindible y no se limiten a depositar una papeleta cada cuatro años, una Patria con una juventud sana e inconformista, una Patria que tenga algo que ofrecer a los demás.

En definitiva, hagan de España un proyecto atractivo de vida en común, porque eso y solo eso es la Patria, un proyecto atractivo de vida en común y no un ente geográfico dibujado en un mapa. Esta es la Patria que queremos los falangistas. Y ya verá el Gobierno como cualquier ciudadano se sentiría patriota en una España así, no lo duden. ¿Hacemos la prueba?