El pasado día 16 de marzo de 2003 ocurrió un hecho sin precedentes en la historia de nuestra nación. En una pequeña población Abulense, El Hoyo de Pinares, se ha celebrado la primera votación popular oficial a través de Internet.

Esta noticia que podría pasar desapercibida tiene una doble significación para los falangistas; por un lado Falange a través de uno de sus concejales, teniente alcalde de dicho pueblo, ha coordinado, impulsado y desarrollado la innovadora sufragista experiencia y por otro esta idea desarrolla uno de los principios fundamentales del nacional sindicalismo del siglo XXI: la democracia participativa y auténtica.

La integración de las nuevas tecnologías, en concreto de las comunicaciones de datos, en la participación de los ciudadanos nos puede posibilitar avanzar hacia los objetivos de un sistema más libre, representativo y democrático.

El problema se encuentra en saber si este pequeño experimento puede ser el comienzo de un nuevo sistema participativo o simplemente continuaremos como hasta ahora.

Los hechos, hasta ahora, nos muestran una falta absoluta de sensibilidad de nuestros políticos gobernantes hacia las movilizaciones sociales, sindicales, estudiantiles o de cualquier índole. Cuando gobiernan del color o partido que sean se olvidan de sus votantes y las buenas palabras quedan en el limbo de las promesas incumplidas y el "rodillo parlamentario arbitra y se asienta como norma del diario de sesiones.

Así es tan sorprendente que a los españoles jamás se nos haya convocado a referéndum para temas tan importantes como la entrada en la Unión Europea, el cambio de moneda y su implicación en la política económica de nuestro país, ampliación de la Comunidad Europa, guerra del Golfo, guerra de los Balcanes, ley del aborto, etc.

Nos queda ver si nuestra particular oligarquía política seguirá pidiendo nuestro voto cada cuatro años como un cheque en blanco o querrán difundir el concepto de democracia dándole la nueva dimensión que el desarrollo de Internet posibilita.