Estamos asistiendo estupefactos a la lección de democracia que los partidos políticos nos ofrecen en estos días gracias a que, al parecer, dos diputados elegidos por el pueblo de la Comunidad de Madrid en las listas del PSOE han decidido no mostrar su apoyo a su compañero de partido para presidente de la Asamblea de Madrid.

Pero ¿quién no conoce a Eduardo Tamayo y Maite Sáez entre el electorado socialista? Mejor ¿qué madrileño no sabía de las tendencias políticas y morales de estos veteranos representantes políticos? No hace falta una respuesta para saber que nadie los conoce ni por sus hechos ni por sus ideas y en general por nada. Entonces ¿por qué les han votado?

Zapatero, Simancas, Llamazares,... han criminalizado a los dos ¿tránsfugas? ¿Caraduras? ¿Vendidos? O por el contrario ¿personas con ideas propias? ¿Militantes con convicciones políticas?

Han sido expulsados de su partido ¿por falta de escrúpulos, de disciplina, por desvergonzados, por deshonestos o bien al contrario por pensar de forma distinta que Simancas y la FSM o la dirección del PSOE?.

¿De quién es el acta de diputado? ¿de Simancas?, ¿del PSOE y dentro del partido de qué tendencia? o bien como dicen ya varias sentencias del tribunal constitucional al respecto que el acta de diputado es personal y no del partido por el que se presentó.

La constitución española de 1978 dice en su artículo número 6 textualmente:Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.

Si Tamayo y Sáez no deben pensar por si mismos sino por lo que diga su jefe ¿para qué les necesitamos? Que se presente sólo Simancas y si gana que elija a sus amigos y colegas para la Asamblea de Madrid, o mejor que Simancas valga él sólo 47 votos como en un consejo de administración.

Y si deben pensar ¿por qué no listas abiertas y que todos sepamos a qué gente y qué ideas desarrollan?

Esta última posibilidad no parece interesar a los partidos políticos que sólo les importa su sistema oligárquico y de dictadura de partido que sufrimos desde 1978. Cualquier alternativa a su montaje es rápidamente desmontada, ignorada y en algunos casos perseguida.

Los falangistas hemos propugnado desde nuestros inicios que no son los partidos políticos los únicos representantes de los ciudadanos sino que la verdadera y auténtica democracia es la que reside en las personas, para las personas y por las personas.

Sólo una regeneración política sin listas cerradas, con elecciones próximas al ciudadano, eligiendo ejecutivo por un lado (Presidente de Republica, Presidentes Regionales, Alcaldes, …) y por otra legislativo votando también de forma nominal (Cámara de representantes, Senado, …) podrá ayudar a que los ciudadanos creamos en los políticos.

Con un estamento político al servicio de los ciudadanos sin aforamientos vergonzantes sino todo lo contrario, mostrando hasta la última declaración de patrimonio y de renta, antes y después de ocupar el cargo, se conseguirá crear un proyecto republicano, libre, democrático, especial y fundamentalmente justo.