Hemos asistido estos últimos días a una nueva acción terrorista. Actores; los mismos de siempre: victimas inocentes y un grupo de iluminados fanáticos defendiendo alguna patria, religión o idea totalitaria. Sea en Rusia, Israel, Estados Unidos o en nuestra propia y querida España el terrorismo esta presente en un mundo cada vez más inseguro e injusto a pesar de lo que nos cuenta Bush en el Congreso de su elección como candidato a presidir de nuevo el gobierno norteamericano.

Parece ser que nos enfrentamos a un terrorismo cada vez más brutal e internacionalizado y dispuesto a superarse en barbarie y tragedias acción tras acción como hemos podido comprobar en el secuestro de la escuela de Osetia del Norte.

Y es que quizás la solución no este en contraponer violencia y guerra a lo que ya es violencia y desolación. Desde el falangismo auténtico, que abominamos sin tapujos todo terrorismo venga de donde venga, consideramos la vida humana como la más suprema de la razones políticas y por eso nuestra tolerancia o comprensión con el terrorismo es precisamente cero. Y es que estamos seguros que cualquier vida humana vale más que todas las patrias, religiones y fanatismos del mundo.

Argón.