Mi amigo Juan tuvo un accidente de tráfico con resultado muy grave. Los médicos, tras aplicarle las vendas y escayolas correspondientes, le dijeron que tenía que permanecer en la cama, inmovilizado y en absoluto reposo, durante dos meses, para poder recuperarse de sus lesiones.

 

Juan no estuvo en la cama ni un minuto. Siguió haciendo, como pudo, su vida de antes... Pero, eso sí, para no incumplir el consejo médico, nos pidió a todos que, cada vez que habláramos de él, nos refiriésemos a su persona invariablemente como "el inmovilizado Juan.

 

Entonces, todos decíamos "he visto al inmovilizado Juan, que iba a trabajar, "el inmovilizado Juan se marcha este verano de viaje a Bali, "el otro día me encontré al inmovilizado Juan caminando con sus hijos por el parque... Él no dejaba de moverse, pero los médicos, su familia y amigos, nos dábamos por satisfechos diciendo siempre "el inmovilizado Juan. Nos proporcionaba mucha tranquilidad el saber que así se cumplía la inmovilización prescrita.

 

¿Qué les parece a ustedes esta historia? Una asombrosa tontería, ¿verdad?

 

 

Pues eso mismo pienso yo todos los días cuando abro los periódicos y leo frases como "la ilegalizada Batasuna está consultando a sus bases sobre la ponencia..., "el mitin de la ilegalizada Batasuna en Anoeta..., "la ilegalizada Batasuna mantuvo una reunión con el Consejero de Justicia del Gobierno Vasco, "Arnaldo Otegi, portavoz de la ilegalizada Batasuna, ha efectuado unas declaraciones..., "Los parlamentarios de EHAK-PCTV recibieron la visita de representantes de la ilegalizada Batasuna y centenares de expresiones por el estilo.

 

Si una formación aparentemente política resulta ilegalizada por los tribunales porque, en realidad, formaba parte del entramado de una organización terrorista, debería quedar disuelta no sólo de pleno derecho sino también de hecho. Y debería desmantelarse de verdad su organización y cesar por completo su actividad, considerándose que cualquier actuación orgánica incumple el mandato de los tribunales e impidiéndola. Eso es lo que se deduce del espíritu y de la letra de la norma que se aplicó.

 

Si Batasuna continúa manteniendo afiliados, les remite comunicaciones y les pide dinero, tiene líderes y portavoces, realiza tanto actividad interna como actividad pública, sigue teniendo financiación, se le considera un interlocutor por parte de algunos, convoca actos y manifestaciones y, además, todo ello no lo hace en la clandestinidad, sino de forma pública y abierta, como reflejan los medios... concluirán ustedes conmigo en que la ilegalización es un auténtico camelo.

 

Esta situación de hecho está favorecida por un gobierno que realmente no tiene intención de aplicar la ley en este aspecto, pero también por unos medios de comunicación que, no sé si consciente o inconscientemente, han mantenido informativamente vivo, con sus expresiones y su tratamiento, el carácter orgánico de esa formación.

 

El único resultado práctico fue impedirles en alguna ocasión que se presentaran a las elecciones, con las consecuencias políticas y económicas que eso conllevaba. Pero ahora ni eso, porque, en un claro fraude de ley, utilizaron una nueva apariencia para concurrir a los comicios.

 

Hay veces que los ciudadanos tenemos la sensación de que los políticos, con la inestimable ayuda de los medios de comunicación, nos toman el pelo. Y cuando leo o escucho ese absurdo de "la ilegalizada Batasuna... seguido de algo que demuestra inequívocamente que Batasuna no ha desaparecido, que sigue organizada y activa, me parece la misma burla que si de verdad tuviera ese amigo accidentado del que les hablaba y me dijeran "el inmovilizado Juan está bailando como un poseso.

 

Selenio


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