Con este nombre se emite, actualmente, un programa en la televisión autonómica madrileña en el cual dos concursantes se enfrentan en una dura competición para, al final, uno –el perdedor- abandonar el programa y otro –el vencedor- continuar participando en el mismo.

 

La dinámica del juego consiste en ajustar al máximo unas operaciones matemáticas y en encontrar la palabra más larga y acertada utilizando para ello unas letras determinadas.

 

Al concurso televisivo le ha surgido últimamente un duro competidor: la guerra de manifestaciones.

 

Este bochornoso espectáculo también cuenta con dos contrincantes –el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español- y, como si de la entretenida emisión se tratase, se enfrentan también con cifras –para ver cuántas personas caben por metro cuadrado de asfalto, cuántas banderas se ondean al cielo madrileño y, en la prueba reina, cuántas personas llevan uno y otro a manifestarse a su lado- y con letras –ver quién hace el eslogan más rebuscado, la frase más impactante o quién busca la palabra más precisa para diferenciarse, separarse y, finalmente, vencer al contrario-.

 

Todo esto nos importaría muy poco si no lo hiciesen con la excusa y bajo la farsa de recordar a las víctimas del terrorismo y de acabar con la violencia etarra. La denigrante imagen que están dando los dos partidos mayoritarios –y otros menos mayoritarios- con la colaboración de diferentes asociaciones y colectivos y, cómo no, contando con el inestimable apoyo de los periodistas y medios de comunicación afines a uno u otro bando, nos parece, además de inmoral y maliciosa, una prueba de nula actitud democrática y de una falta absoluta de respeto hacia el conjunto de los ciudadanos que formamos España.

 

En ningún momento se ha visto el más mínimo atisbo de acercamiento, en ninguna de las convocatorias se ha perseguido el acuerdo de ambas partes y en ninguna de las declaraciones de ambos competidores se ha puesto por delante del interés partidista el interés general del pueblo español y de sus víctimas.

 

Falange Auténtica ha estado presente en todas y cada una de las manifestaciones convocadas para honrar a las víctimas del terrorismo –Barcelona, Bilbao, Pamplona, en todas las de Madrid; sí, en todas, también en la del 13 de enero convocada por UGT, CC.OO. y las asociaciones de ecuatorianos y en la última del pasado sábado día 3 promovida por el Foro de Ermua…en todas- y, aunque se le ningunee y se intente ocultar su presencia, seguirá acudiendo con sus pancartas, sus lemas y a pecho descubierto para homenajear a las víctimas y para plantarle cara a ETA.

No entraremos jamás en guerras de cifras, de nuestras bocas no saldrán jamás cánticos o frases que no sean para ensalzar a las víctimas y para derrotar a los terroristas, pero seguiremos acudiendo porque a los falangistas auténticos lo que nos importa de verdad son esas dos premisas y no la batalla esperpéntica de izquierdas y derechas por agarrarse a la poltrona aunque para ello tengan que pasar por encima de los muertos y por debajo de los asesinos.

Que sigan con su maligno concurso para ver quién la hace (o la tiene) más larga. Nosotros, junto a los ciudadanos honrados, seguiremos a lo nuestro pero, ojo, no como meros espectadores de salón.

Bario


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