Una vez pasado el pleno en el Ayuntamiento de Ardales en el que se decidió el nombramiento de Juan Calderón, de Izquierda Unida, como nuevo alcalde de la localidad malagueña y toda vez que en esta decisión tuvieron arte y parte nuestros dos concejales ardaleños y la asamblea local de FA de dicho pueblo, dejaremos plasmada aquí nuestra opinión, para quien le interese informarse de la puñetera realidad.

 

Durante estas jornadas de reuniones locales, de presencia en los medios de comunicación de todas las partes implicadas y de opiniones de todo tipo vertidas desde todos los lados -incluso desde los que ni pinchaban ni cortaban en esta toma de decisiones-, queremos dejar claro que, desde la Ejecutiva Nacional de Falange Auténtica, se ha dejado absoluta libertad de decisión a la asamblea local de Ardales, sin ningún tipo de imposición.

De sobra es sabido por todos y cada uno de nuestros núcleos locales, provinciales y regionales que las únicas tres premisas que salen de nuestro órgano directivo son: ser honrados, aplicar el sentido común y buscar siempre lo mejor para el pueblo.

Mientras en nuestro partido se actuaba de esta manera, que consideramos justa y honesta, en Izquierda Unida se montaba la de San Quintín porque unos militantes y representantes electos de su partido osaban pactar con unos falangistas. No señores, con unos falangistas no; con unos honrados vecinos de confianza y orgullosos afiliados de Falange Auténtica.

 

Nos imaginamos a Gaspar Llamazares –nos consta que ha intervenido directamente en este asunto durante estas fechas- indignado con la posibilidad de que su partido pactase algo con Falange Auténtica y ordenando desde su cómodo sillón del chalet-sede que Izquierda Unida tiene en el Parque del Conde de Orgaz (para los de fuera de Madrid, indicamos que es, con diferencia, una de las zonas más caras y con mayor poder adquisitivo de la capital) que se expulsase a tan osados representantes ardaleños de la coalición.

 

Amenazas, coacciones de todo tipo y, por lo que nos cuentan, órdenes concretas de expulsión del partido, han tenido que soportar los representantes de IU del pueblo de Ardales; representantes votados por el pueblo de Ardales, no por Llamazares ni por Izquierda Unida de Andalucía, ni por nadie más. Representantes que, escuchando la voz de sus votantes, han querido un pacto para gobernar esta localidad malagueña.

 

Por supuesto, de todo se ha dicho de Falange Auténtica y, como no podía ser de otra manera, casi todo falso, vacío de contenido, lejano a la realidad, desconocido e injusto. Unos decían que qué hacían unos falangistas pactando con unos comunistas (¡qué bien habrían vivido en la época de las cavernas o en la dictadura estos lumbreras!). Otros decían y dicen que somos unos fascistas, unos ultras, unos nazis…de todo ¡Ah! Y, cómo no, que no somos demócratas.

 

Tiene narices que, desde el partido de Madrazo y desde el partido cuya cúpula hace pocos años creó el GAL, se nos diga a nosotros, los falangistas auténticos de 2007, que no somos demócratas. Que se cojan nuestra web y la lean de arriba a abajo, de izquierda a derecha para ver si encuentran algún escrito o alguna actitud proveniente de Falange Auténtica que no sea democrática.

 

Sólo pedimos que se nos deje de juzgar sin conocernos, que se nos permita trabajar en paz, por y para nuestro pueblo. Y desde aquí invitamos a los más que probablemente expulsados de IU de Ardales, a participar de la verdadera democracia interna y externa; a la democracia que rige sana y llanamente esta Falange Auténtica.

 

Y a los intolerantes, a los mentirosos, a los pusilánimes (gracias Finisterre por recordarnos esta palabra), a los manipuladores, a los dictadorzuelos, a los cagones…¡¡Qué les den!!

Bario