Ha muerto Ángel Salamanca, falangista de la primera época, ex-combatiente de la guerra civil y de la División Azul. Sirvió y luchó valientemente por nuestras ideas y por la España en la que creía y nosotros seguimos creyendo. Cumplió con su deber de manera limpia y honesta, dándolo siempre todo y no pidiendo nada a cambio. Su último servicio fue formar junto a otro ex-combatiente republicano, para rendir honores a la bandera de España y a todos aquellos que, desde un bando u otro, dieron su vida por la Patria, el pasado 12 de Octubre, día de nuestra Fiesta Nacional, escenificando así la reconciliación entre los españoles.

Ése también es su legado, el ejemplo de que los españoles nunca más nos debemos enfrentar ni dirimir nuestras diferencias fuera de los cauces políticos civilizados. Hoy, cuando se intentan resucitar viejos odios y querellas, como palanca de apoyo a intereses políticos bastardos, el ejemplo generoso de Ángel Salamanca ha de servir a las nuevas generaciones de compatriotas.