El pasado jueves, 24 de marzo, la Comisión de Defensa del Senado rechazaba una iniciativa de Vox que planteaba la solicitud de modificación del artículo 6 del Tratado del Atlántico Norte, de 4 de abril de 1949, para que «recoja e incluya, de forma explícita, a las ciudades españolas de Ceuta y Melilla bajo la protección de la OTAN”, situación límbica en la que están desde la adhesión de España al tratado Atlántico, que en su artículo 6 delimita la zona geográfica que cubre el tratado, no incluyendo de forma explícita los cinco territorios españoles del norte de África -las ciudades autónomas de Melilla y de Ceuta, los peñones de Vélez de la Gomera y de Alhucemas, y el archipiélago de las Islas Chafarinas.
¿Por qué se hizo así en las negociaciones del tratado de adhesión?, pues habría que preguntar al “primo de Zumosol” (EE.UU.) y a la “madre de la Pantoja” (Francia). Es de suponer que tanto al peso pesado de la Alianza Atlántica como la antigua potencia colonial lo pondrían como condición para la entrada de España en la OTAN, dado que tanto uno como otro han mantenido desde siempre fuertes lazos de alianza con el reino Alauita.