El cese de operaciones de la compañía aérea Islas Airways era una noticia anunciada. La fiscalía ha abierto investigación a la aerolínea por fraude en la relación de las tarifas de venta de billetes aportadas al Ministerio de Fomento, para cobrar la subvención del 50 % con que el Estado bonifica a los residentes canarios que se desplazan por el territorio nacional. Además, sus trescientos trabajadores llevan tres meses sin percibir sus salarios y los que han sido despedidos no han cobrado las indemnizaciones que les corresponden.

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El máximo gestor de la compañía, estrecho colaborador en el ámbito empresarial del Presidente autonómico Paulino Rivero, afirma ser objeto de una especie de complot entre la compañía rival y Fomento, al que acusa de retenerle 10 millones de euros en concepto de indemnizaciones por la mencionada subvención estatal a la movilidad de los canarios. Es una cortina de humo, ya que Fomento ha pagado dicha cantidad a los acreedores de la compañía que, por cierto, han tenido prioridad ante los trabajadores, en una prueba más de cómo se hacen las cosas en España.

El caso de Islas Airways nos apena. En primer lugar por la situación en la que van a quedar sus trabajadores, cuya profesionalidad ha quedado de manifiesto durante estos tres meses en los que no han cesado de cumplir con su trabajo eficazmente pese a no cobrar sus salarios. Pero el mismo es una prueba más de cómo sujetos que no son empresarios, sino que han medrado a la sombra del poder político asentado en el nepotismo, de cuya acción se han beneficiado mutuamente, son los que tienen en sus manos el control de la economía canaria merced a las concesiones y ayudas de los distintos escalones administrativos. Y ello en detrimento de aquellos que, sin gozar del apoyo de La Casta corrupta que nos desgobierna o por no doblegarse ante la misma, se ven en una situación de inferioridad manifiesta a la hora de competir en un mercado trucado.

La desastrosa acción de Coalición Canaria al frente de los destinos de nuestra Tierra se define así: enchufismo, corrupción y negligencia. Los resultados de eso están a la vista, los tramposos no duran un asalto cuando el dinero público ya no es suficiente para tapar los socavones de su pésima gestión o de cosas peores.

"Lo nuestro" fue el lema que Coalición Canaria utilizó en muchas campañas políticas, su traducción al italiano sería... cosa nostra.