Desde Falange Auténtica de Guareña denunciamos la incoherencia del alcalde de Guareña al dictar un bando que ha sido incumplido por el propio ayuntamiento que él preside.

En dicho bando, fechado el 27 de marzo y firmado por el alcalde, con motivo de las "Jiras de Pascua 2013", que se celebraron los días 31 de marzo, 1, 2 y 7 de abril en el paraje del Pantano San Roque de nuestra localidad, se especificaba que la utilización de los terrenos se limitaba a "estos recintos recomendándose el debido uso del mismo" conforme a una serie de observaciones y prohibiciones. Entre esas prohibiciones que recogí el bando y en el punto segundo del mismo se dice textualmente: "Se prohíbe la venta ambulante de cualquier tipo de productos alimenticios o bebidas, tales como golosinas, frutos secos, helados, refrescos, bebidas...".

Fueron las inclemencias meteorológicas las que se encargaron de que los tres primeros días de Jira (domingo, lunes y martes de Pascua) el bando se cumpliera a rajatabla, ya que sólo unos pocos valientes se atrevieron a disfrutar del paraje del pantano a pesar del viento y la lluvia. Sin embargo el domingo de Cuasimodo pudimos comprobar cómo el referido punto 2, que hemos citado textualmente era incumplido ya que junto a un castillo inflable, atracción propia de una feria y que no es costumbre ver en las jiras de nuestro pueblo (aunque sí en la de localidades limítrofes), se ubicaban un puesto de venta de chucherías, golosinas y frutos secos y otro de comida rápida, refrescos y helados. Tanto los referidos puestos como la atracción estuvieron funcionando durante toda la jornada sin que autoridad municipal alguna les recordase que estaban incumpliendo un bando firmado por el alcalde. Según algunos rumores parece ser que obtuvieron permiso del propio alcalde en la misma mañana del domingo 7 de abril ¿Entonces para qué el bando? ¿El propio alcalde autoriza lo que él mismo prohíbe? ¿No es esto lo que antaño hacían los caciques?

Conste que desde Falange Auténtica no tenemos absolutamente nada en contra de las personas que regentaban los citados puestos de venta ambulante. Es más, entendemos que cada uno está en su derecho de ganarse la vida legítimamente con su esfuerzo y su trabajo. Lo que no alcanzamos a entender es que sea el alcalde quien demuestre que su propia palabra escrita y firmada queda en mero papel mojado al autorizar o permitir algo que anteriormente, y por escrito, ha prohibido. Él mismo se contradice y crea un precedente que a largo plazo puede causar problemas. ¿Por qué se autorizaron esos puestos de venta ambulante y no otros? ¿No hubo más solicitudes? ¿Cómo se autorizó algo que previamente estaba prohibido? Este tipo de incoherencias no dan muy buena imagen respecto a lo que debe ser la transparencia en la gestión municipal. Esperemos que no se repita.