Independientemente de la constatación en las urnas del fracaso del partido del Gobierno: PSOE y el triunfo del partido de la oposición: PP en las pasadas elecciones municipales y autonómicas, dos hechos han marcado este periodo electoral con ramificaciones y secuelas que hasta día de hoy continúan presentes, y según parece lo seguirán haciendo durante bastante tiempo.

Por una parte, la entrada en la política navarra y vasca de la coalición electoral Bildu, que tras el dictamen del Tribunal Constitucional en contra del criterio de los magistrados del Tribunal Supremo, ha permitido a esta opción política, objetivamente heredera de los postulados estratégicos de la organización terrorista ETA, alcanzar el gobierno en un número apreciable de municipios vascos y algunos navarros, alterando el escenario que desde hacia tiempo marcaba las agendas políticas en esas partes de España.

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De otra, el movimiento 15-M, plataforma popular que con su salida a las calles y plazas de nuestro País, ha puesto en tela de juicio al sistema como el medio más útil para combatir la crisis, tanto política como social, que barre las perspectivas de futuro de millones de nuestros conciudadanos. Ambos hechos, independientes entre sí y sin la más mínima conexión, remueven las conciencias de muchos españoles aunque por motivos muy distintos, y ello ha motivado que una parte importante de la población asocie de manera subjetiva ambas circunstancias extraordinarias, acaecidas en las pasadas elecciones, y expresen su desencanto respecto al silencio de la plataforma frente a los hechos que acontecen en el País Vasco. Ante ello es necesario exponer lo siguiente:

Creemos que, efectivamente, hubiera sido muy bien recibida por una parte importante de la opinión publica una crítica desde la plataforma 15-M hacia la presencia de la coalición electoral Bildu en los gobiernos municipales vascos, y aún más con comportamientos pasadas ya las elecciones, de raíz antidemocrática en hechos por todos conocidos. La voz de un movimiento que en asambleas y reuniones, ha llevado su crítica al sistema político y financiero por sus acciones corruptas que llevan a nuestra democracia a estar al servicio de intereses ajenos a los ciudadanos, hubiera debido ser capaz de recoger esta inquietud de una parte de la población, y manifestar públicamente su posición o al menos dejar  traslucir de manera indirecta, la ilegitimidad moral de la ocupación de parcelas de poder por esta organización afín a ETA. Al fin y al cabo, la presencia de Bildu en las instituciones es consecuencia del mal funcionamiento de nuestro sistema, una vez más pendiente de los intereses de partido y ajeno a la ciudadanía. Una declaración de tipo al menos genérico frente a la coalición electoral, hubiese sido además útil para marcar distancias en un territorio donde la plataforma del 15-M no ha conseguido igual movilización que en el resto del España, quizá por que Bildu asume una parte de las reivindicaciones del 15-M, hurtando a la plataforma ciudadana un sector importante de apoyo a la hora de convocar concentraciones.

Sin embargo, a pesar de lo que manifestamos como un error del movimiento ciudadano, también es necesario para ser justos, decir que éste tiene una corta vida y parte de un fondo bastante heterogéneo de la población. Tampoco se debe olvidar que probablemente los “indignados” han estado más centrados en la adopción de estrategias para continuar con el movimiento, una vez transcurridas las elecciones, y han dejado de lado cuestiones que por su complejidad exigen un análisis riguroso y por ello un mayor plazo de tiempo del que no disponían en esas circunstancias. También es innegable que el movimiento ha basado sus mensajes, y se ha concentrado en los aspectos de buscar una auténtica democracia, aportando soluciones para reformar el sistema y en contra del orden financiero mundial desde la perspectiva social y en un marco de  globalización. Sobre la base de esto sería apropiado aventurar que la filosofía de la plataforma ciudadana de regeneración de la democracia, conseguido su objetivo y como consecuencia de ello, se traduciría en eliminar las distorsiones que han provocada el que los herederos de un grupo que basa su estrategia en la violencia para conseguir sus objetivos políticos, esté en el poder municipal.

Desde nuestro punto de vista, admitimos que cuando se pretende ser un movimiento apolítico, siempre se producirán situaciones poco satisfactorias para capas importantes de la población que reivindican cuestiones para ellas totalmente justas y que no verán reflejadas en plataformas de este tipo, al manifestarse poco dispuestas a dejarse manipular por interés de unos u otros partidos políticos, tarea bastante difícil cuando no imposible puesto que, con sus defectos los partidos políticos, en especial aquellos no contaminados por el afán de poder, no son mas que otra manera de reflejar la opinión de la ciudadanía. Pese a ello  pecaríamos de excesiva benevolencia con el movimiento 15-M si no manifestáramos que cuestiones como lo que hemos comentado sobre Bildu están más allá de ideologías de izquierda o derecha y entroncan con una dimensión moral y ética, que si formaría parte del fondo ideológico de la plataforma. Estamos hablando de que, inevitablemente, cualquier persona o grupo que exprese su deseo de justicia en el mundo, tendrá que asumir que ello conlleva ciertos sacrificios que tarde o temprano deberán ser asumidos si queremos hacer que nuestros deseos de una democracia real tengan un verdadero sentido. No podemos ser eternamente puros evitando mancharnos e implicarnos en lo que también preocupa a muchos de nuestros conciudadanos.

Por eso desde aquí y mediante estas líneas, invitamos al movimiento 15-M que haga una introspección dentro de sí mismo, una reflexión ética que le ayude a llegar a la madurez que muchos deseamos y que le lleven a asumir un papel más comprometido con la sociedad, asumiendo los riesgos que eso conlleva de cometer errores, sufrir críticas y desafecciones, al mismo tiempo que continua con sus justas reivindicaciones que muchos compartimos, y en las que nos reafirmamos todos los días. En este camino encontrará siempre nuestro apoyo y con toda seguridad serán cada vez más las personas que también lo hagan que las que dejen de hacerlo.