Entre los hunos y los hotros: las secuelas del pacto antiterrorista se cuelan por una rendija en la campaña electoral

Conviene darse una vuelta por la hemeroteca y activar los cinco sentidos…

Al igual que ocurriese con el partido de los Jordi Pujol and Family, precursores del actual esperpento catalán, los hijos predilectos del Partido Popular se acercaron a Otegui para pactar con ETA. Un pequeño detalle que parecen haber olvidado los del PéPe, especialmente en campaña electoral.

Xactamente” igual que los socialistas del Zapatero del paz y amor, ofrecieron a los representantes de ETA prebendas, cachos de presupuesto y competencias, por las que más de uno y más de dos presidentes de comunidades autónomas, que no sean estas dos, se entiende, darían la voltereta y haría el pino puente.

Sin ir más lejos, las competencias de Instituciones Penitenciarias que ha hecho efectivas el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez hace unos días, y que ejecuta de acuerdo con a los Presupuestos Generales del Estado que Rajoy negoció con el Gobierno vasco, a cambio del voto que los independentistas entregan siempre a las mil maravillas, eso sí, se venden caro… Todo ello, sin que a Sánchez le haya temblado el pulso por ejecutar los presupuestos de “la derechona”.

Ni en esta ocasión, ni en ninguna otra, le han hecho ascos los del PP y los del PSOE a pactar a cambio de votos, intereses partidistas, puestos en la Administración, puertas giratorias y demás mandanga. E incluso tampoco han tenido pudor de pactar, ante unas elecciones, no hablar de ETA para poder seguir con las negociaciones Estado-terroristas, burlando la memoria de las víctimas, -las mismas que adulan en homenajes públicos, de los que sacar un rédito político- y dejándonos un Estado huérfano de dignidad, honestidad e integridad; y las instituciones en manos de los herederos de los terroristas, cobrando subvenciones y haciendo homenajes públicos a los asesinos.

A los hechos nos remitimos. Interpretaciones tendrán ustedes todas las quieran, ojo… todas dignas ¿no? eso dicen. Sin embargo, los hechos son tozudos: pactaron y entregaron las instituciones del Estado a asesinos de hombres, mujeres y niños, todos inocentes, ejecutados en nombre de un terruño y atribuyéndose el derecho a matar a todo aquel que no estuviese de acuerdo con ellos.

“Vamos a contar mentiras… tralará…”

 

Y de ahí que hace unos meses Otegui declarase en el Diario Vasco, según EFE, en relación a todas esas denuncias que hacen los del PP, dignos como ellos solos, y concretamente haciendo  referencia a una reunión que tuvo el etarra con el salvavidas de Zapatero:  “… si tienen tanto interés y les molestan tanto las reuniones que se hacen con mi persona o con lo que yo represento, no tendría inconveniente en hacerlas públicas y en decir dónde, cuándo, quiénes y sobre qué tema hablamos”.

Chulo que es el tío, además, porque puede. Y nunca mejor dicho. Y puede, porque los sucesivos Gobiernos de España se lo han permitido. Han permitido que les vacile. Mientras los encuentros continúan, incluso alguna cenita más o menos íntima.

Otegui habla del las reuniones mantenidas con los emisarios del sr. Aznar, Presidente del Gobierno por aquel entonces, muy amigo también de Pujol. Y añade, para más pistas, que las tuvo: "en más de una ocasión, en un pueblecito de Burgos, con una delegación del presidente Aznar, con tres personas relevantes del PP: Ricardo Martí-Fluxá, Pedro Arriola y Javier Zarzalejos”… de las que existen, dice “actas”… y lo deja bien claro, por aquello de la memoria histórica.

Entendemos que sientan vergüenza a la luz de estas declaraciones, y que intenten camuflarla en forma de acusaciones. Sin embargo, lo que todavía es más vergonzoso, señores y señoritos del PP, es que sigan ustedes rasgándose las vestiduras a día de hoy, intentando una vez más hacer lo mismo que todos sus compañeros parlamentarios, sacar votos para sí mismos…, a costa de las víctimas del terrorismo.

No, señores del PP, lo de reunirse con ese jefecillo chulo, vacilón y malasombra de los terroristas, no lo ha inventado el sr. Pablo Iglesias.