Por fin encontramos algo de esperanza en estos tiempos de zozobra nacional en todos los órdenes.

Si no veíamos salida al túnel, ya podemos respirar tranquilos tras la remodelación ministerial auspiciada por nuestro Presidente del Gobierno y del Deporte.

Ha sido cambiar el gobierno y comenzar las numerosas reuniones de los/as ministros/as, los/as unos/as con los/as otros/as, y sentir recuperada la tranquilidad ciudadana perdida.

Es muy esperanzadora la entrada en el ejecutivo de jóvenes promesas como Manuel Chaves, adalid del progreso económico andaluz, la de la prima de Gallardón, esa progre-pija de la chupa de cuero electoral, o la del ínclito intelectual Don Pepiño Blanco.

Sobre todo proporciona una enorme tranquilidad saber que los ministros/as se reunen y se vuelven a reunir manteniendo permanentemente encendida en cada ministerio una lucecita que, a semejanza de aquella otra de El Pardo, nos da la seguridad de que el Gobierno vela por nosotros.

Aunque nos tome por tontos.

Lutecio