Pérez Bencomo, secretario general de Falange Auténtica: se han fabricando generaciones de independentistas, se ha programado a las personas para odiar a España”

Antonio Pérez Bencomo

Entrevista publicada en Valencia Opinión

Acudo a la entrevista pensando quién puede seguir siendo falangista a estas alturas. Espero encontrarme algún tipo bravucón de pelo engominado, o algún cavernícola reivindicando su lugar en el museo de las ciencias. Hace frío, tengo prisa y para nada me seduce la cita. Pero los deseos de mi director son órdenes para mí, así que me dispongo a ser la periodista objetiva que hace su trabajo con profesionalidad tanto cuando le apasiona el personaje a entrevistar como cuando le repulsa. Y más, si cabe, comenzando con este interviú mis colaboraciones para Valencia Opinión. Llego al lugar convenido, una cafetería tranquila en un hotel impersonal de la ciudad de Valencia ahora todos los hoteles parecen iguales, debe ser algo así como la globalización del minimalismo. Pregunto por Antonio Pérez Bencomo y de inmediato percibo la primera sorpresa. El fulano en cuestión es un tipo joven (después me entero que roza ya, pese a que no lo aparenta, la cincuentena), tiene buena planta: vamos, que no está nada mal. Nada más saludarle me transmite “buen rollo”. Una alopecia precoz, coquetamente estimulada con el afeitado completo de la cabeza, barba cuidada de cuatro o cinco días, ojos castaños, un dulce acento canario que engancha y una galantería impropia en estos tiempos en que nos ha tocado vivir. Me ayuda a quitarme el abrigo y espera a que tome asiento ¡un caballero como los de antes, de estos señores ya no quedan!, me digo. Se acerca el camarero. Yo pido un agua y él un café sólo, sin azúcar, cortito y bien cargado. Repaso mentalmente un par de frases de José Antonio Primo de Rivera que he aprendido para impresionar a mi entrevistado: estas cosas suelen dar sensación de que estás puesta en el tema aunque no tengas ni remota idea. Saco mi bloc de notas, pongo a trabajar a mi magnetófono y me dispongo a empezar la entrevista con el secretario general de Falange Auténtica: ¡ahí es nada!

- Señor Pérez Bencomo, ¿cómo ve la actual situación política de España?

Complicada. La grave crisis que padece nuestro país es la consecuencia de las políticas neoliberales que se han venido aplicando durante las últimas décadas y que, recientemente, se han acentuado aún más. No se gobierna a favor de las personas, estimulando la inversión, el trabajo dentro de un marco de justicia laboral o el gasto público aplicado a la corrección de las desigualdades sociales. El esfuerzo para salir de la crisis se ha hecho recaer en la clase media trabajadora y, por el contrario, los especuladores se han ido de rositas y el Gobierno no ha hecho nada para proteger a los ciudadanos de las malas praxis de los bancos.

-  Las últimas encuestas apuntan al final del bipartidismo. ¿Será bueno para España o generará mayor incertidumbre política?, ¿generará un nuevo escenario multipartidista una situación de ingobernabilidad?

El bipartidismo ha sido malo porque ha propiciado que una casta política totalmente alejada de la España real, se ha incautado de las instituciones hasta haberlas patrimonializado y generando unas formas de gobernar más parecidas al viejo caciquismo del periodo histórico de La Restauración que a una sociedad moderna del siglo XXI. Si a esto añadimos que la crisis ha propiciado que el alejamiento de la política de amplios sectores de la población se haya tornado en indignación hacia los viejos partidos, el escenario está preparado para un cambio en la correlación de fuerzas con la irrupción de nuevas opciones.

A Falange Auténtica no nos asusta un nuevo escenario político si sirve para poner en cuestión el actual sistema, más preocupado por mantener privilegios y de los balances de resultados que de las personas. Lo que ocurre es que somos escépticos con respecto a las opciones emergentes. Creemos que, además de las medidas de regeneración democrática que algunas de estas fuerzas anuncian, habría que replantearse la propia estructura política y territorial del Estado y propiciar una alternativa económica basada en la justicia social, la igualdad de oportunidades y el fomento de la riqueza nacional

- ¿Está de verdad en peligro la unidad territorial de España?, ¿qué opina del actual marco autonómico?, ¿debería reformarse?, ¿cuál debiera ser su configuración?

La Unidad política de España está en serio peligro como consecuencia de que el Estado, por el interés egoísta de los partidos que se han ido turnando en los sucesivos gobiernos centrales, ha ido minimizando su presencia y obligaciones en aquellas comunidades autónomas con fuerte presencia de partidos nacionalistas (independentistas) y, por tanto, desleales con España.

Lo que los nacionalistas  han llamado “proceso de construcción nacional” no ha sido otra cosa que ir imponiendo sus políticas, tesis y discursos en los ámbitos territoriales que controlan, laminando a quienes se les oponían y todo ello con la indispensable colaboración de quienes estaban en La Moncloa que, reitero que por conveniencia política, no han hecho nada para evitarlo.

Así se han ido fabricando generaciones no sólo de independentistas, sino de personas a las que se ha programado para odiar a España.

Las comunidades autónomas, frutos del imperfecto proceso de descentralización política y administrativa que contempla la vigente Constitución, suponen una sangría económica que España no puede soportar. ¡Diecisiete gobiernos, parlamentos, administraciones, tribunales superiores, consejos consultivos, audiencias de cuentas, defensores del pueblo, con sus asesores, cargos de confianza, de libre designación…!

Este sistema ha propiciado la ruptura del mercado nacional, el que haya inflación legislativa con una maraña de normas muchas veces contradictorias entre sí y que los españoles hayan dejado de ser iguales a la hora de tener acceso a derechos básicos como sanidad, educación, asuntos sociales o justicia. Y todo esto a costa del trabajo y el esfuerzo fiscal de los españoles que no pueden disfrutar de unos servicios públicos de calidad como la educación, sanidad, los servicios sociales o una justicia eficiente, porque gran parte de  los recursos de todos están comprometidos en mantener a todos esos parásitos que viven mucho mejor de lo que merecen, agazapados en los aledaños del poder.

En Falange Auténtica somos partidarios de terminar con esto y reorganizar el Estado centralizando las políticas esenciales, que a los derechos de los ciudadanos en un marco nacional de igualdad y propiciando una descentralización administrativa efectiva, que es la que realmente interesa a los españoles.

Y pensamos que, con quienes muestran su manifiesta intención de romper España, no se puede pactar ni negociar nada.

- ¿Pueden ser los partidos tradicionales quienes acometan una regeneración política, moral y legal de la vida pública española?

Creo que no, su crédito se ha agotado y a los hechos me remito. Otra cosa es que tuvieran voluntad real de hacerlo y abrieran sus puertas a la democracia interna, la transparencia y a la eliminación de malas prácticas y elementos indeseables que se han parapetado entre sus filas.

En Falange Auténtica concebimos la política como una actividad para servir a España y a sus gentes y no como un medio para servirse de ellas. Por eso no confiamos en los partidos del sistema.

- ¿Cómo valora la actual situación de la justicia?, ¿funciona la separación de poderes?, ¿qué debería hacerse al respecto?

Una de las principales lacras del sistema político español es que el poder judicial no es tal, porque depende de los partidos políticos y del juego de mayorías reflejado en el Parlamento. Cada vez que oigo etiquetar a tal o cual juez de progresista o conservador me dan nauseas porque creo que, como justiciable, lo que me interesa es el mérito y la profesionalidad del juzgador y no el que ocupe tal o cual cargo a consecuencia de su ideología.

Esta anomalía ha provocado que el Pueblo español no confíe en la justicia y que ésta sea lenta e ineficaz, habida cuenta que a sus controladores no les interesa ser controlados.

La solución pasaría por garantizar por ley su independencia, manteniéndolo ajeno de cualquier injerencia política. Incluyendo la supresión del Tribunal Constitucional, convertido de facto en una tercera cámara legislativa, y el traspaso de sus funciones a una sala de lo constitucional del Tribunal Supremo, integrada por jueces profesionales.

- La percepción de la ciudadanía es de una corrupción generalizada, ¿dónde puede desembocar esta situación?

Y la ciudadanía tiene razón porque extraña es la semana que no salta un vaso de corrupción y la percepción que se tiene es la de impunidad a causa de la politización de la justicia, los privilegios de la Casta a la hora de ser juzgados y la exasperante lentitud de la administración judicial.

Todo ello ha generado una deslegitimación de los responsables políticos ante la ciudadanía y una pérdida de prestigio de las instituciones. Los partidos más importantes, con su actitud de proteger a los corruptos propios mientras atacan a los del rival, se lo han buscado.

- Y ante este escenario, ¿aún existe espacio político para la Falange en la España del siglo XXI?, ¿qué lugar reivindican ustedes en la política actual?

Políticas como las que proponemos desde Falange Auténtica basadas en la defensa de la justicia social, el estado del bienestar, el papel del Estado como corrector de las injusticias sociales y garante de la igualdad de oportunidades, el fomento de una economía productiva basada en el empleo de calidad y el diseño de un marco en el que las PYMES, los autónomos y las empresas sociales puedan desarrollar su actividad sin la presión fiscal desmedida que soportan actualmente, la educación, investigación e innovación de ella resultante, como factores de desarrollo y crecimiento económico,  no sólo son posibles sin  que cada vez resultan más necesarias para salir de esta crisis. Y para ello necesitamos un cambio no sólo de gobierno sino de modelo.

Falange Auténtica, por el tipo de políticas que defiende, se sitúa en el espacio de aquellas opciones que postulan la justicia social, la regeneración democrática y la unidad del proyecto común español, todo ello teniendo como referente a la persona como eje en torno al cual han de girar todas las políticas.

- Los españoles valoran a José Antonio Primo de Rivera como a uno de los políticos más honrados de toda la historia de España, Cómo se explica, entonces, que los falangistas estén tan mal vistos por la ciudadanía?

José Antonio Primo de Rivera es, sin duda,  uno de los políticos españoles contemporáneos más importantes, tanto por el enorme calado de su pensamiento como por la ejemplar  limpieza de su comportamiento. Es lógico, por tanto, que muchas personas, dentro y fuera de España, se sientan atraídos por su figura, aún cuando ha sufrido una enorme tergiversación desde todos los lados del espectro ideológico que se ha ido disipando a medida que se va conociendo de verdad al personaje.

Es alentador ver como cada vez más se habla y estudia más su vida y obra.

En cuanto a nosotros, considero que ha habido un muro de silencio y brutal tergiversación acerca de quiénes somos y que queremos. Quien se acerca a Falange Auténtica, quien desprovisto de sectarismo  estudia nuestro programa político, se lleva una sorpresa cuando comprueba que no somos lo que se dice que somos e incluso no son pocos los que terminan simpatizando con nuestros planteamientos.

- ¿Tienen ustedes alguna posibilidad de futuro?, ¿es cierto que están “reinventándose”?, ¿estaría preparándose un “Podemos falangista” en la sombra?

El futuro no está escrito y los fundamentos sobre los que se asienta el régimen político español, surgido de la Transición del 78, están cada vez más en tela de juicio. El falangismo que represento, el falangismo de Falange Auténtica lleva reinventándose desde finales de los años 60 del siglo pasado y el esfuerzo, con más o menos éxito en cuanto a sus resultados, ha sido enorme en condiciones muy difíciles.

No existe ese Podemos falangista del que usted habla.

Lo que hay, al menos desde Falange Auténtica, es un esfuerzo continuado para edificar un proyecto que reúna las condiciones necesarias para ofrecer al pueblo español esa alternativa democrática, patriótica y social en la que creemos. Si los falangistas somos capaces de reformular nuestros planteamientos con imaginación y frescura, una parte de nuestros compatriotas nos apoyará sin problemas.

Nuestra presencia en las próximas elecciones locales se hará en función de las estrategias de nuestros núcleos municipales. Consideramos que los ayuntamientos son las administraciones más próximas a los ciudadanos y donde se desarrolla la democracia desde la base, por ello concurriremos con nuestro propio nombre, dentro de candidaturas más amplias o incluso, apoyando a opciones con las que tengamos coincidencia en principios y programas.

- ¿Qué tiene de actual el mensaje de José Antonio?

Bastantes cosas y la situación política nacional le está dando la razón en muchos de sus argumentos.

José Antonio fue un gran patriota que formuló un patriotismo riguroso y serio que, para ser viable, iba enlazado a la defensa de la justicia social, la preocupación por los sectores sociales más débiles y la consideración de la dignidad humana como base de cualquier política.

A todo ello añadió su ejemplo personal de honestidad y consecuencia con las ideas que defendió. Para él la política era un servicio a la patria y eso lo llevó hasta las últimas consecuencias, porque sabía el riesgo que corría y se sacrificó por aquellos a los que defendía, que eran los sectores más humildes de la población española de su tiempo.

Hoy vemos como el capitalismo es cada vez más salvaje y especulativo, pasando por encima de la dignidad de las personas. El trabajo ha perdido su consideración como factor esencial en el proceso productivo, la unidad nacional es cuestionada y la clase política se aprovecha de sus cargos para lucrarse, sin importarles el bienestar del pueblo al que deben servir.

Ante todo este panorama, José Antonio está más vigente que nunca y muchas de sus ideas han de servir de sustento  a los programas políticos que nos saquen de esta terrible situación.

- No me venga a estas alturas con el cuento de que no son de izquierdas ni de derechas por favor, defínase, ¿dónde se sitúa Antonio Pérez Bencomo?, ¿cuál es el espacio político de Falange Auténtica?

Pues sí, desde el respeto a las otras opciones políticas y a quienes creen en ellas, ni soy de izquierdas ni tampoco de derechas. Y eso es así porque considero a ambas opciones superadas por la aquella en la que creo, que es el nacionalsindicalismo.

Nuestro espacio político es lo que hemos denominado el patriotismo democrático y social que, en consecuencia con nuestras convicciones falangistas, se sustenta en tres pilares: defensa de la unidad nacional desde el reconocimiento a las especificidades de los pueblos de España, defensa de la justicia social y defensa de la dignidad humana. Y todo ello desarrollado, por su puesto, en un marco de democracia política

 

La entrevista ha terminado. Nada que ver con lo que yo hubiera pensado. El tiempo ha pasado volando en agradable plática con un hombre cálido, inteligente y tolerante, máximo dirigente de una Falange Auténtica que ni viste la “camisa azul”, ni canta el “cara el sol”. Nos despedimos sin que quede rastro alguno del “yugo y las flechas” pero atraída por tanta propuesta joseantoniana para la España triste y difícil de estos primeros quince años del siglo XXI. Salgo a la calle. Ha dejado de llover. Me voy con otra idea sobre los falangistas al menos con otra idea sobre los falangistas a los que representa este Pérez Bencomo al que le brillan los ojos cuando habla de José Antonio. Ha salido el sol y un arco iris precioso se dibuja sobre el cielo infinito de Valencia. Ando de prisa pero una sensación fugaz hace que me detenga entre divertida y pasmada… ¡Vaya, estoy caminando “cara al sol”!