¿Cuáles son las diferencias y similitudes entre el Nacional Sindicalismo Falangista y el Socialismo Autogestionario Yugoslavo o Titoismo? me interesa mucho este tema.Muchas Gracias de antemano

- Pregunta enviada por R. C. S.

Sobre el papel existen amplísimas coincidencias técnicas entre el Nacionalsindicalismo y el Socialismo Autogestionario yugoslavo. Justo es decir, en todo caso, que este concepto se incorpora a la Constitución yugoslava en 1954 por lo que el Nacionalsindicalismo tal vez pueda reclamar para sí la condición de antecedente.

La descripción de la autogestión empresarial yugoslava es calcada de la propuesta nacionalsindicalista; y lo mismo ocurre con la participación de los trabajadores en la estructura del Estado, establecida por su condición de trabajadores que conocen de primera de las posibilidades y defectos del sistema productivo.  

Pero el amplio capítulo de coincidencias termina aquí ya que el Nacionalsindicalismo también proclama el principio de la autogestión política. El modelo yugoslavo abre las puertas de la política a los trabajadores en su condición de tales y no de políticos profesionales sin experiencia laboral real. Pero mantiene la figura del político profesional, del miembro del partido, como individuo designado para establecer las grandes políticas de Estado. La autogestión tocará siempre el techo de cristal del Partido Comunista o, en un simulacro de pluralismo, con el de varios partidos aparentes que no encarnarían sino las diferentes facciones o tendencias en el seno del Partido Comunista.

La cuestión es de suma importancia. De hecho suele indicarse como principal motivo de la quiebra del sistema yugoslavo la contradicción entra la vía autogestionaria de la empresa y la centralización, la planificación y el dirigismo en la vida política del país.

La autogestión política del Nacionalsindicalismo incide en que la misión política no debe recaer sobre individuos especiales –políticos profesionales- sino sobre hombres y mujeres que saben de su trabajo y de la problemática de sus municipios. El “alma” de la gestión política –es decir: la designación de objetivos generales o “proyectos universales” y de planes de mejora interna- corresponde a la sociedad, a la opinión de la mayoría, no al criterio iluminado de un comité. Por eso vemos un error en circunscribir esa opinión el estrecho ámbito de los partidos políticos cuyo comportamiento, además, está muy lejos de haber sido ejemplar.

Los objetivos políticos y económicos de la sociedad deben expresarse por cualquier medio.  Por tal motivo nuestro Estado animará permanentemente la actuación de los llamados cuerpos intermedios de la sociedad como vivero fecundo de ideas y de proyectos de futuro. De tal modo que ningún representante municipal o sindical tenga que acudir a la sede de su partido para recibir instrucciones de qué debe votar en la próxima sesión.