Hola, me gustaría saber las diferencias y las similitudes que existen entre el modelo de autogestión preconizado por los anarco-sindicalistas españoles y el modelo de la falange autentica. Saludos

- Preguntas enviadas por J.

La autogestión sólo puede definirse de una manera, como el sistema de organización económica donde los trabajadores son dueños absolutos de la toma de decisiones dentro de su empresa. Entendiendo por trabajadores a todos los individuos que participan en la actividad de la misma, desde los ámbitos directivos a los de carácter operativo. En consecuencia, no hay diferencias entre la autogestión falangista y la anarco-sindicalista. Ni siquiera en el segundo nivel de complejidad organizativa que son los sindicatos de ramas de producción, encargados de coordinar a las empresas autogestionadas para alcanzar objetivos más ambiciosos que el mero intercambio colaborativo entre ellas, a través de la articulación de las economías de escala y de los diseños competitivos de alcance estratégico e internacional.

Las discrepancias surgen cuando se plantea el problema del Estado. El anarquismo clásico lo condena por completo y aspira a una utopía donde los individuos, liberados de las estructuras que lo embrutecen y lo incapacitan para una verdadera convivencia social, se relacionan  armónicamente en una sociedad verdaderamente libre.

En cambio, los nacionalsindicalistas defendemos la necesidad del Estado, por más que un Estado mínimo que empieza allí donde la dinámica social no alcanza. El Estado se justifica, en primer lugar, por la necesidad de establecer leyes que regulen la convivencia y por la necesidad de imponer su estricto cumplimiento para que la libertad de uno no conculque la libertad de los demás; en segundo lugar, por la necesidad de contar con una estructura que proponga a la sociedad -y recoja de ella- los grandes proyectos colectivos que quiera imponerse en el futuro (bien llamadas “políticas de Estado”) y disponga los medios necesarios para lograrlos; el Estado, además, es el único ente capaz de garantizar la defensa militar de un país frente a eventuales agresiones externos y la defensa civil de los ciudadanos frente a los elementos asociales que se hallen en su seno; finalmente, el Estado está capacitado para ejercer el papel subsidiario que se deriva de la imperfección original que afecta a todo sistema político humano.