¿Qué es lo que se responde a la pregunta “Ustedes son fascistas”?¿Qué opina FA del fascismo?.

- Preguntas enviadas por Z. S. A.

¿Qué es lo que se responde a la pregunta “Ustedes son fascistas”?

Respondemos que no somos fascistas.

Defendemos una visión del hecho humano diferente a la del fascismo. Ubicamos al hombre en el centro del sistema y entendemos que la política y la economía son medios para incrementar sus niveles de libertad, dignidad e integridad. En este sentido somos individualistas, aunque sin negar la influencia de lo comunitario en la formación de la personalidad de cada uno. Pero nuestro centro de interés es el hombre, no el Estado, ni la raza, ni la Patria ni cualquier otra entidad colectiva donde el hombre quede diluido y puesto a su servicio.

Defendemos una visión de la política diferente a la del fascismo. Aspiramos a una sociedad democrática donde los hombres sean dueños de su destino y perfectamente libres dentro del respeto a los demás. Sin distinciones artificiosas como las de las clases sociales, las razas o la pertenencia al partido. Creemos que un estado ordenado y uniforme como el que anuncia el fascismo es contrario a la condición humana y defendemos el potencial de la sociedad civil para organizar por sí misma el progreso material y moral. Desconfiamos absolutamente de las cualidades de los jefes carismáticos y nos prevenimos de los llamados al nacimiento del hombre nuevo.

Defendemos una visión de la economía diferente a la del fascismo. Propugnamos la sustitución del capitalismo por un régimen autogestionario que haga desaparecer la actual antinomia entre trabajadores y propietarios. Postulamos el régimen de cooperativas como la alternativa racional al modelo de producción capitalista. Denunciamos la incapacidad histórica del fascismo para desmontar el capitalismo y vemos en él apenas una tímida respuesta socialista ante sus abusos del capitalismo.      

¿Qué opina FA del fascismo?

El fascismo fue un producto lógico del periodo de entreguerras. Su gran propuesta fue la militarización de la sociedad para obtener una movilización total como la conocida en la reciente Primera Guerra Mundial. No con fines bélicos inmediatos, eso vendría después, sino políticos: la exaltación del nacionalismo y la introducción de correcciones económicas de corte socialista. El nacionalismo y el socialismo del fascismo fueron sinceros, incontestables. Pero pronto dieron señales de agotamiento sin dejar otra salida que la huida hacia adelante y las políticas de agresión. Porque, con independencia de todas las objeciones de tipo político y ético de las que pueda ser objeto, el fascismo se reveló como una experiencia económica insostenible, abocada hacia la guerra desde el primer momento.