Por Mendelevio.
‘Es lamentable decir que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos’. ‘Hablamos de recaudar ingresos para hacer políticas de gasto’. Estas dos perlas son del presidente del Comité experto de la reforma fiscal, Jesús Ruiz-Huerta[1]. Este tipo dirigía la reforma fiscal con la que nos amenazaba la ministra Montero, y que gracias a la tenacidad y lucha de los trasportistas está en revisión. Estos lumbreras planeaban una subida de IVA eliminando los tipos reducidos y una subida de los combustibles: ‘igualar la fiscalidad de diésel y gasolina de automoción’… ‘se recoge una revisión de la fiscalidad de hidrocarburos que se traduce en una subida sustancial de la tributación sobre los hidrocarburos, en particular sobre el gas natural y los carburantes de automoción’. Para Xavier Lavandeira, miembro del grupo de expertos, redundaría en un notable incremento del conjunto de los impuestos sobre el transporte, y permitiría recaudar hasta 6.850 millones[2]. A esto se suma los peajes en las autovías que nos van a clavar[3].