Fernando Valbuena Arbaiza
Querida hija, hoy es 12 de octubre. Quizá esto no te diga nada. Ni a ti, ni a tus compañeros de estudios. Una fecha en rojo en los calendarios de antes. Ya ni eso. Girones idos. Y sin embargo, hoy es, otra vez, 12 de octubre.
Nadie lo cantó mejor que Ramiro de Maeztu, aquel paisano mío, que habló de la Hispanidad como fruto excelso del espíritu humano. Siendo embajador en la Argentina de Gardel conoció a otro vasco, Zacarías de Vizcarra y Arana. Dos vascos allende los mares proclamando, desbordados y desbordantes, su credo español. Si tienes ocasión, hija, lee "Defensa de la Hispanidad" de Maeztu. De los libros de tu padre éste es de los mejores.
¿Qué es España?, me preguntas. España es el vientre de tu madre y la tumba de tus abuelos, es el roble santo de Guernica y la herida abierta en Gibraltar, es el terruño y el pan nuestro de cada día, la vid y la naranja, son los quereres más recios, la simiente y el crisol,... y el nudo en la garganta al paso de la bandera,... Pero siendo todo esto importante, España es, fue y será, ante todo y por encima de todo, hija mía, un camino sobre el mar. España como patria toma las aguas del bautismo con Recaredo en 587. Pero la Hispanidad comienza el 12 de octubre de 1492 cuando Rodrigo de Triana da el grito de ¡Tierra! Principia la obra universal de España. Porque las patrias son gentes y tierras, sí, pero, en esencia, son creaciones del espíritu. España fue imperio y dejó de serlo. Eso poco importa. Importa la obra imperial.