Deprisa y corriendo, confieso que aún no he leído el libro entero, pero quiero emitir una opinión en caliente sobre su introducción, que tuve ocasión de leer ayer en el avión de vuelta a casa.
Hacía tiempo no me sentía tan cómodo leyendo algo.
La interpretación de lo que fue la Falange original y de las intenciones de José Antonio y de Manuel Hedilla me resulta tan familiar y me representa tan bien, que me he sentido cercano, cercanísimo a quien las ha escrito.