Borja Manrique.

Siempre (desde que un día en mi casa familiar cayó en mi mano un cuadernillo editado en la época de Franco con tres de los más significativos discursos de José Antonio), desde entonces me he preguntado cual era el futuro de un movimiento político que quisiera llevar esas ideas al pueblo español. Luego comencé a profundizar, y a darme cuenta que había muchos falangismos, tantos como socialismos o liberalismos o fascismos. Este es el mundo de las ideologías. Un lío tremendo.

Me fui dando cuenta de ello, y también con lo que yo conectaba, lo que me llegaba, lo que consideraba más genuino y fiel al viejo cuadernillo de mi casa familiar. Y aparecía ese falangismo-nacionalsindicalismo humanista, cristiano, con una clara conexión con el personalismo comunitario de E. Mounier y también con pensadores de la tradición liberal española como Salvador de Madariaga.

Pero las conexiones, las relaciones del mejor falangismo con esto o aquello, fueron hallazgos posteriores y "a posteriori".Lo primario, lo que para mi tenía una tremenda fuerza emocional, estaba en José Antonio, aquel del que me hablaba mi abuelo diciendo que "tenía muchas ideas de izquierda", y que de haber vivido no se hubiera llevado muy bien con Franco. Aquel del breve cuadernillo publicado por la Delegación Nacional de Propaganda en los años cuarenta.

Hoy, en el año del Centenario, me sigo preguntando cual es el futuro de un proyecto falangista. Hay unas cuantas cosas que tengo claras: Lo "joseantoniano" está presente en la política española y muchas veces no donde la opinión pública puede pensar sino en ciertos sectores del socialismo español poco proclives a la "cultura progre". El caso más significativo es el de Paco Vázquez, alcalde de La Coruña. Sin embargo, "lo joseantoniano" no es una versión española del socialismo. El socialismo es socialismo y el nacioanalsindicalismo es otra cosa.

Lo "joseantoniano" no es la versión española de los movimientos ultras de Europa tipo Le Pen. Esa es la salida falsa, facilona, totalmente ausente de rigor. Tampoco se puede encuadrar en los llamados "fascismos de izquierdas" o movimientos nacional-revolucionarios (seguramente por exceso de humanismo y talante liberal). Lo "joseantoniano" no es una tendencia de la derecha (más o menos heterodoxa) destinada a ser el "pepito grillo" de las posturas conservadoras en tanto en cuanto no sean fieles a "lo genuino". Algo así como la "leyenda guerrera" de la derecha burguesa basada en un cierto tipo de integrismo católico.

Al final, y una vez hechos los descartes, uno llega a la conclusión de que "lo joseantoniano" es una fuente de inspiración que debe dar frutos originales. Y llegados a este punto solamente me queda una pregunta:¿Por qué el falangismo tiene que hacer esfuerzos tan grandes para ser aceptado por el pueblo español como un movimiento político actualizado, con su pasado asumido, y sus errores reconocidos?. Ni más ni menos que lo que han hecho y han podido hacer todas la ideologías, desde el comunismo a la derechona. ¿Quien se atrevería hoy de acusar al Partido Socialista de defender la "dictadura del proletariado"?Ni siquiera esta es una acusación que se pueda hacer a Izquierda Unida. Ellos han tenido su derecho a evolucionar.

Yo creo que el nacionalsindicalismo democrático, muy bien representado en Falange Auténtica, tiene que reivindicar ese derecho con ahínco y presentarse al pueblo español con unas ideas básicas, muy conretas:

  1. La defensa de la dignidad humana ante cualquier tipo de afán uniformador impuesto (aunque aparentemente propuesto) desde la ética consumista.
  2. La justicia social plasmada en la defensa de formas de propiedad humanas y humanizadoras. Desde la pequeña empresa hasta las empresas de la economía social y ecológica.
  3. Profundización en la democracia con canales de participación ciudadana más amplios y reales que el parlamento de partidos. La defensa de la pluralidad ideológica no equivale a dar de lado otras formas de participación y representación ( "los intereses" territoriales o sectoriales deben estar representados). La batalla del falangismo por la democracia debe estar encaminada a apoyar todas aquellas iniciativas encaminadas a "ensanchar" la democracia y dotarla de "valores" (la pena de muerte nunca podría ser aprobada aunque lo dijera la mitad más uno de la ciudadanía)

Y todo eso debe ser lo que para el nacionalsindicalismo debe dar un contenido real a España.

España podría ser la abanderada en el mundo de esa forma de entender y organizar la vida. Ese es el sentido genuino de España porque eso es lo que hubieran defendido ahora, en el siglo XXI, nuestros mejores ancestros. Y desde ese esquema genérico estar en cada uno de los municipios donde haya posibilidades, porque solamente se puede comenzar desde abajo. Alguien podría decir que eso de hablar de dar un sentido a España es promover algo así como un "frente español". Yo creo que en la Falange desde sus inicios ha estado presente la idea de "movimiento" mucho más que la de "frente". Movimiento para refundar y repensar España, movimiento en el que caben hasta los que son considerados como "los peores enemigos de la patria" por el patriotismo nacionalista español ("franquismo y herederos" en abreviatura).

Yo creo que todo esto es lo que está intentando hacer y representar Falange Auténtica. Para mí (que soy un simpatizante) el movimiento político más fiel a lo que decía mi viejo cuadernillo de discursos de José Antonio.


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