Creo que el falangismo democrático debe seguir buscando con ahínco su propio espacio en una España democrática. Viene ahora a mi mente el concepto liberalismo.

Evidentemente, el falangismo no es liberal desde un punto de vista económico. "El liberalismo económico y la ley del mercado son la versión humana de la ley de la selva y de la ley del más fuerte", dijo Enrique Antigüedad. Tampoco lo es desde un punto de vista político. La democracia liberal es incompleta, ha de ser completada con una robusta democracia social y económica. La democracia liberal también es precaria porque pone en el mercado de los votos valores que no son negociables. ¿Es admisible la pena de muerte aunque lo diga la mayoría del cuerpo electoral? ¿y el aborto? El falangista apuesta por una democracia con valores, no por una democracia nihilista.

Sin embargo, creo que el falangista (este proyecto de Falange Auténtica), tiene que ser delicado con la palabra liberal. El talante de un falangista es liberal, comprensivo. El falangista tiene el alma abierta y el espíritu libre. Los principios le hacen tratar con respeto a todo el mundo. Un falangista auténtico respeta al homosexual y no le llama mariconazo, y respeta sus formas de vida. Un falangista auténtico está de acuerdo o en desacuerdo con Pedro Zerolo por lo que dice, no por lo que es, por ejemplo.

El falangismo, que es un gran esfuerzo de síntesis histórica, recoge todo lo que de bueno hubo en las grandes revoluciones por la libertad y la justicia. Y el liberalismo fue el esfuerzo supremo por liberar al hombre de múltiples cadenas hasta que se convirtió en capitalismo.

Litio


Falange Auténtica se expresa a través de sus comunicados y campañas y de los editoriales de esta web. La organización no hace necesariamente suyas las opiniones vertidas en los artículos firmados.