"El silencio es uno de los argumentos
más difíciles de refutar"
(Josh Billing)

Me preocupa que el pueblo que no conoce su historia esté condenado a repetirla. Me preocupa que ahora el pez chico se quiera comer al grande. Me preocupa, en palabras del pelotero Valdano, que el pajarillo quiera dispararle a la escopeta. Me preocupa que el hijo le dé voces al padre y por encima de todo me preocupan las cocina de las salas de banderas y sus legítimos y constitucionales aderezos.

Pero no todo es negativo por su puesto. Al final los que sacan adelante a una gran nación no son los de las voces y el exabrupto cuatribarrado, ni los que queman contenedores y cajeros automáticos en cobarde coalición con dos copitas de 103; tengan también en cuenta esto aquellos que pactan con el ruido y el fuego como guardia de corps para la secesión y pregúntese el ciudadano común de aquellos lares, si las cosas se ponen feas, quienes serán los primeros en abandonar el barco. Siempre fué igual a lo largo de la historia de esta piel de toro.

Sé que es casi metafísicamente imposible pero a los que verdaderamente hay que escuchar es a los que guardan silencio, a los que se levantan a las 6 de la mañana para sacar adelante a su familia con un sueldo minorado y tienen la agradable y añadida sensación de estar trabajando para una empresa y destino común. Entre otras razones... por que son los más (con mínuscula y tilde, por supuesto)

Alberto


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