J.I.Sanz

Siempre me ha parecido una tontería apellidar como vasca lo que siempre ha sido "pelota a secas, como se ha conocido y aún se sigue conociendo, aunque no tanto practicando, en los pueblos del centro-norte patrio sobre todo. Una tontería, otra más, con la que les reafirmamos un poquito más en su constante diferenciarse del resto. Pues bien, "La pelota vasca es también el nombre del documental de Julio Medem que tanta polémica ha suscitado estos últimos días. La penúltima causa para que no dejemos de hablar del "conflicto vasco, no sea que a fuerza de no prestarle ya la más mínima atención acabe por normalizarse la situación. ¿Se estrenará? ¿No se estrenará? Bastante absurdo todo, pero sobre todo por una parte en concreto, la parte débil, la que forman/formamos los "no-nacionalistas, los "constitucionalistas, los "españolistas o lo que diablos seamos, aunque de las tres personalmente prefiero la primera definición. Y es que otra vez toca rasgarse las vestiduras ante la enésima tropelía del para-nacionalismo, porque otro nuevo documento nos viene a contar la película de "aquella manera. Que unos actúan así porque los otros actúan asao. Que si no fuera por los otros, aquellos no tendrían que actuar así. En definitiva, que para Medem y el nacionalismo todo se resume en el toma y daca propio de un partido de pelota, ni más ni menos. Esa es para ellos la situación, la realidad, SU realidad. Pero claro. ¿Quién cuenta la otra realidad, la buena? Hay algunos que se atreven a contarla, pocos todavía, pero su voz queda casi silenciada ante el multitudinario griterío de nacionalistas y allegados. Lo triste es que la mayor parte de culpa la han tenido y la siguen teniendo los no-nacionalistas. Se les ha entregado durante años todos los frentes al nacionalismo y claro, costará muchísimo no ya equilibrar la balanza, sino inclinarla de nuestro lado.

No es de recibo que no haya un solo medio de difusión no-nacionalista en batúa, eso es imperdonable, que nadie se haya atrevido a hacer una sola película que refleje la dictadura nacionalista que allí padecen, que el periodismo de investigación no haya utilizado su método de cámara oculta para destapar aquella injusticia y sí lo haga para contarnos chorradas sobre famosetes y ultras futboleros. ¿No es extraño? Extraño y lamentable. Que no haya nada de esto nos explica claramente cómo es posible que nos sigan ganando la partida, hasta qué punto es culpable la dejadez demostrada desde los poderes del Estado. ¿Y nuestros políticos y gobernantes? Ellos están encantados con la pasividad ciudadana general y les basta y les sobra con la cantinela del "se acabará imponiendo el Estado de Derecho. ¡¡Pero cuándo!! ¡¡Pero cómo van a imponer el Estado de Derecho si no son capaces ni de que ondee la bandera nacional en los ayuntamientos!! ¡¡Si no tienen nada con lo que enfrentarse a su proyecto-patraña secesionista!! ¡¡Si no tienen proyecto sugestivo alguno de vida en común, si ni siquiera creen en ello!!

Tomen nota todos aquellos que con sus votos siguen haciendo imposible que les ganemos la partida al nacionalismo.

Por cierto. ¿Dónde estaban hace 16 o 18 años todos aquellos que critican ahora al cantante proetarra Fermín Muguruza y a los ayuntamientos que le contratan? Por aquella época este tipo era el cantante de Kortatu, en alguno de cuyos conciertos se mostraban emblemas y pancartas y se coreaban consignas a favor de ETA. Conciertos que se celebraban en gran número –tan solo superados por Mecano- a lo largo y ancho de España y Europa, en pabellones y campos de fútbol municipales o en fiestas mayores a cargo del erario público. Repito ¿De qué nos extrañamos?


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