El término lo acuñó José Rodriguez de la Borbolla, segundo presidente autonómico de Andalucía y, junto a otros personajes de la izquierda tenidos por moderados, bien visto en general desde las derechas, que, a poco que un socialista o un comunista hable de España con cierto sentido patriótico (aunque sea desde su perspectiva marxista) lo elevan a los altares del “respeto” y la “dignidad”. Cosa que fomenta él mismo con frases como “hay gente del PSOE que se ha ido a VOX y no me extraña”, perla que soltó en la era pre-COVID en una entrevista concedida a El Mundo.
California es ese sitio donde se fabrican hoy en día cuerpos bronceados, megabytes, vino y marihuana, no específicamente en ese orden, y, desde su extraño pasotismo liberal yanqui, también eligen a musculosas estrellas del cine de acción de origen austriaco como gobernador, allá ellos. Supongo que “Pepote”, término cariñoso como el que es nombrado entre sus “compañeros” el ex presidente regional, se refería a que Andalucía tiene la riqueza natural para convertirse en una pequeña potencia económica.
Lo que a lo mejor no intuía el barbado político sevillano es que sus correligionarios iban a gestionar esa posible riqueza no para el bien común de los andaluces, sino para llenar sus sacas y, de paso, regar la región de prebendas a los amigos, enchufes, chanchullos y chiringuitos varios para mayor gloria de los “100 años de honradez”.