Por Raesvic
Lo que se esconde detrás de las noticias de la corrupción de las personas que intervienen en el urbanismo en España.
Se nos dice que alguien obtuvo información privilegiada, y eso no es legal. Se nos dice que alguien pagó comisiones ilegales a políticos o funcionarios para recalificar terrenos y que los que lo reciben y actúan a golpe de comisiones para ejercer sus funciones públicas han cometido un delito.
Se nos dice que una persona llamada El Pocero, ha construido un inmenso pueblo, y se nos dice que eso se ha hecho vulnerado los procedimientos públicos establecidos.
Y lo que no se dice, lo que no dicen los partidos y –curioso- tampoco los sindicatos (o al menos no lo dicen con un mensaje que cree opinión publica, corriente de opinión, ¿por qué será?-) es que esos fraudes a la ley y a los principios éticos, no son sino el síntoma, no son la enfermedad.
La enfermedad es que hemos perdido el norte de las prioridades y los valores, cuando se consiente que el techo, el hogar, sea un elemento económico especulativo de primer orden.