Pedro Miguel López Pérez

Poco a poco todos, ciudadanos, asociaciones, colectivos de la más diversa índole, instituciones e incluso algunos políticos, parece ser que vamos tomando conciencia sobre la necesidad imperiosa de apostar decididamente por un modelo de desarrollo diferente al que ha imperado durante los últimos 150 años, caracterizado por innumerables avances industriales y tecnológicos sin pararse a pensar en las consecuencias que un desarrollo indiscriminado puede acarrear para la vida en el planeta.

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Miguel Ángel Loma

Pocas horas antes de que los asesinos marxistas etarras agitaran el árbol de las nueces ofreciendo dos nuevos motivos para que sus colegas "universitarios", que tanto padecen en las cárceles del oprobioso Estado español, alzasen sus copas de champán en felices celebraciones, tenía lugar en Mallorca, lugar concurrido por grandes personalidades, un encuentro de Juventudes de diferentes partidos nacionalistas. Allí fueron y allí se reunieron (imagino que como siempre, a costa de nuestros bolsillos) representantes de las Juventudes de Convergencia Democrática de Cataluña, de Ezquerra Republicana de Cataluña, de Unión Democrática de Cataluña, del Partido Nacionalista Vasco, de Eusko Alkartasuna, de la Chunta Aragonesista, de la Unión del Pueblo Leonés, del Bloque Nacionalista Valenciano, de la Unión Mallorquina y del Partido Socialista de Mallorca. En fin, los más intrépidos cachorros del excluyente nacionalismo burgués antiespañol. El juvenil encuentro finalizó con una declaración suscrita también por algunos partidos ausentes que, como el Bloque Nacionalista Gallego y el Partido Andalucista, se adhirieron a la declaración sin tener que moverse de casa.

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Juan Francisco Glez. Tejada

Perejil. Condimento de guiso político que hace diferente al PATRIOTISMO del PATRIOTERISMO.

Yo que me siento patriota, siento a la patria en el espíritu colectivo que encarnan los hombres que con el su valor y valentía dan lo mejor de si, en un acto inigualable de generosidad eterna. Convertido en un acto de frivolidad por los políticos, que lo convierten en un hecho que se no incardina en el concepto de “ la vida no vale la pena sino para ser quemada al servicio de una causa justa” sino en un gesto de vanidad efímero, en la ecuación que despejan los políticos, en medio de un acto individual casi inigualable de generosidad social y patriótica de quienes creen estar respaldados en sus máximo riegos que es la vida, por unos legítimos representantes, que ponen la vida de los demás y el honor, integridad y dignidad de un pueblo al servicio de la vanidad propia y el absolutismo planetario de EEUU y de los intereses económicos.

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José Manuel Cansino

Una ojeada a la historia de la Hacienda española evidencia bien a las claras los problemas tradicionales de las cuentas municipales. Una persistente insuficiencia en sus ingresos ha hecho de los ayuntamientos una secular fuente de desequilibrios presupuestarios en los que los consistorios incurrían una y otra vez a sabiendas de que, el gobierno central de turno acababa siempre asumiendo las deudas municipales. Resueltas las cuentas pendientes, el proceso se repetía hasta el nuevo colapso y la nueva indulgencia. No basta, por tanto, con invocar una mayor autonomía municipal. Deben definirse las funciones que les han de ser propias a los ayuntamientos a la par que un sistema de financiación que les permita afrontarlas con la garantía suficiente para prestar servicios de calidad. Esto es lo que hacen la Ley de Bases del Régimen Local y la Ley de Financiación de las Haciendas Locales. He leído muy pocas alternativas a estas leyes, en todo caso, objeciones parciales.

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Miguel Ángel Loma

A pesar de lo que escribiera Unamuno, hay quien piensa que la invasión de una pequeña isla donde pastan las cabras no necesitaba tanta atención; pero la experiencia enseña que cuando se transige con la amenaza y no se le paran los pies al transgresor, las cosas degeneran y siempre se acaba produciendo más violencia y sangre de la que se pretendía evitar ignorando el problema o emitiendo declaraciones seráficas. El episodio del Perejil no ha sido ninguna tontería por más que algunos recriminen al Ejecutivo español su actitud de recuperar la isla, pretendiendo hacer casi una broma de un asunto que en cualquier otro país habría cerrado filas en torno a su Gobierno. Pero en España es políticamente incorrecto todo lo que suene a defensa de la patria, no en vano se ha ido vaciando de contenido el artículo 30 de la Constitución. Como de todo se aprende, tras este nuevo capítulo de una vieja amenaza, podemos concluir que pese a tanta Unión Europea, tanta defensa común y tanto euro, los españoles muy poco podemos esperar de los Gobiernos de Francia y Gran Bretaña; que la OTAN sólo nos quiere para utilizar sus bases en nuestro suelo y mandar nuestros soldados a que se dejen la vida en lejanos países, mientras nos deja la puerta trasera sin cobertura ni protección; que al pueblo saharaui le espera un nuevo abandono y que quien parte el perejil sigue siendo el Tío Sam y sus intereses fosfatados. Convertidos por nuestra situación geográfica en los gendarmes antipáticos de Europa frente al hambre de África, debemos extremar nuestra cortesía con el Gobierno de Marruecos, que la cosa está muy chunga con el mundo islámico y si cabreamos a Mohamed por un quítame allá esas cabras, no contaremos con la solidaridad de los cabritos. No sólo nos toca bailar con la más fea, sino hacerlo con sumo cuidado para evitar que la cornamenta que nos han puesto nuestros aliados no se enganche entre las lámparas cortesanas de Rabat y Bruselas.