Eduardo López Pascual
Mucha gente piensa que eso de la política es un puro espectáculo, y además, de los que no dan gusto verlos; de manera que ya hay demasiados escépticos de la cosa pública, e incluso los que no quieren saber nada. Y es que los partidos, agarrados a una cada vez más intolerable utilización de las normas constitucionales, no solo son incapaces de cambiarlas o evitar que se produzcan situaciones absolutamente tortilleras en democracia, sino que muchas veces desembocan en acciones vergonzantes. Y pongamos que hablamos de Madrid; a mí, personalmente, me parece indignante lo que está ocurriendo, y demuestra a las claras que hay muchas perversas ambiciones en juego, mucha basura en muchos bolsillos; ¿para cuando un auténtico estatuto de ética para el diputado, o para el concejal, o para el alcalde?