Julio Sánchez
El pasado año el Sistema conmemoró a ritmo rimbombante los veinticinco años de la aprobación de la Constitución de 1978; de esa "norma de convivencia que nos hemos dado los españoles, según nos dicen. Sin embargo, a pesar del triunfalismo de los llamados "constitucionalistas, mucho me temo que la "Carta Magna ha supuesto un tremendo fracaso. Basta con fijarse en las consecuencias inmensamente negativas que ha supuesto el esqueleto político-administrativo al que la Constitución dio lugar: el Estado de las Autonomías.