Llega Mayo, y lo primero que nos encontramos es la Fiesta del Trabajo, que desde que existe la conciencia obrera ha sido el día de la reivindicación sindical. Salen los sindicatos a las calles urbanas con sus mejores galas, charangas y banderas coloradas. Ahora ya no se oyen consignas revolucionarias, pero se habla de empleo estable y de calidad.
En España los dos sindicatos más poderosos aglutinan un porcentaje alto de la movilización social, y surge la pregunta: ¿por qué no crear un gran sindicato con la fusión de las dos centrales?. Cándido Méndez y José María Fidalgo son dos caras de la misma moneda: el sindicalismo de clase que pretende adaptarse a los tiempos modernos.