Cuando algunos representantes políticos insistían estos días en que el llamado "Plan Ibarretxe tendría un corto recorrido porque sería rechazado en el Congreso de los Diputados, menospreciaban la inteligencia de los ciudadanos o menospreciaban la inteligencia política del lehendakari.
Juan José Ibarretxe contaba con que el Congreso de los Diputados rechazaría su plan, obviamente. Su presencia en este debate no buscaba convencer a la mayoría de los diputados. Es más: a él le daba absolutamente igual cuál fuera el resultado de la votación, porque ya había declarado, desde un primer momento, su total falta de respeto hacia la misma y su voluntad de seguir adelante con su proyecto en cualquier caso, dijera lo que dijera el parlamento español.
Una de las pancartas colocadas ayer en las entradas de Madrid